Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en el Chaco Paraguayo – Relatos de lucha por la tierra

Área: Chaco paraguayo
Categoría: Buenas prácticas y experiencias locales
Aporta al enfoque de: Derechos, gestión territorial e incidencia política
Ejecutor: TIERRAVIVA

El nombre Ayoreo significa “hombres verdaderos” es un calificativo cultural ya que se refiere a su modo de vivir como cazadores y recolectores. El relato de lucha de los pueblos Ayoreos, más específicamente la comunidad de Cuyavia, es un ejemplo de lucha y perseverancia a través de distintos procesos de defensa frente a los atropellos de parte de grandes empresas ganaderas que destruyen el bosque y con ello a sus medios de vida.

Principales actores involucrados

Comunidad Cuyavia del Pueblo Ayoreo, Estado Paraguayo, Tierraviva.

Enfoque

La experiencia relatada por el documento denominado “Defensoras y Defensores de Derechos Humano en el Chaco Paraguayo” tiene relación directa con el enfoque de derechos, su contenido relata una serie de experiencias de luchas y procesos de defensa y reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas, específicamente el derecho de acceso a la tierra y con ello a su medio de vida, tradiciones y otros derechos inherentes a la condición humana como la salud, alimentación, educación, etc.

Descripción de la experiencia

Los Ayoreo son un pueblo de cazadores y recolectores. El pueblo Ayoreo comprendía 11 millones de hectáreas, que luego de la colonización y sedentarización forzosa ocurrida, principalmente en la década de los 70, se redujo a aproximadamente 190.000 hectáreas de tierras tituladas o en proceso de titulación. La lengua de los Ayoreo pertenece a la familia lingüística Zamuco, al igual que el idioma de los Chamacoco.

Hasta el inicio de los contactos forzados por la sociedad envolvente, alrededor de 1945 en Bolivia y un poco antes de 1960 en Paraguay, tanto la extensión del territorio como el número de integrantes de la etnia – unas 5.000 personas – se mantuvieron invariables, lo que es una señal del estado de equilibrio en el que vivía este pueblo con su ambiente de vida.

Los Ayoreo estaban políticamente organizados en varios grupos que se dividían el territorio de la etnia y que recorrían espacios extensos y propios, cada grupo tenía una autonomía política y un liderazgo independiente, de acuerdo a las circunstancias de la vida un grupo podía dividirse temporalmente y volver a unirse más tarde. No existía una jerarquización del liderazgo ni de un liderazgo centralizado para toda la etnia.

La economía Ayoreo se basa en la caza de animales del monte chaqueño (chanchos del monte, armadillos, osos hormigueros, tortugas) y en la recolección (miel, frutas del monte, fibras vegetales y materias primas para la producción de objetos de uso). Estas actividades de sustento son complementadas por la pesca en los arroyos y las lagunas, y los cultivos en pequeños claros en el monte, ambos en las épocas de lluvia en verano, respecto a su postura frente a la naturaleza y su relación con la misma, los Ayoreo no intentan dominar o transformar la naturaleza, ellos dependen de lo que la naturaleza les ofrece.

En la vida tradicional de los Ayoreo existen numerosos sistemas y mecanismos de distribución equitativa, es decir que lo que uno consigue lo distribuye de manera equitativa al interior de su familia, de esta forma ancianos y niños se veían también beneficiados, al no poder ellos realizar las mismas tareas de trabajo que un adulto joven.

Actualmente la selva de los indígenas Ayoreo tiene la tasa de deforestación más rápida del mundo, gran parte de sus tierras han sido vendidas a ganaderos, lo que ha obligado a los Ayoreo a vivir a la carrera, escapando de las excavadoras o topadoras que están destruyendo el bosque. Las empresas ganaderas siguen destruyendo el hogar forestal de los Ayoreo para dar paso al ganado, de tal manera que los Ayoreo en unos cuantos años más ya no tendrían donde esconderse.

La Comunidad indígena Cuyavia del pueblo Ayoreo ha corrido la misma suerte que sus iguales, la gran mayoría de este pueblo vive en comunidades y en una conexión con el territorio ancestral y los recursos naturales, conformando aproximadamente el 2,2% de los pueblos indígenas de Paraguay.

Dentro de este gran territorio en su gran mayoría arrebatado por el agronegocio, la comunidad Cuyabia habita unas 25.000 hectáreas, ubicadas en el corazón del Chaco Paraguayo, en el distrito Mcal. José Félix Estigarribia, a 98 Km del centro urbano de esta ciudad, en el Departamento de Boquerón.

Cuyabia es un caso único y ejemplar de resistencia a la superposición de títulos sobre sus tierras y la abierta corrupción que existe en su país y la indebida apropiación de recursos naturales por estancias agropecuarias de la zona, al monocultivo de soja que se profundiza en el Chaco con todas las consecuencias, y a la manifiesta discriminación, no solo estructural sino de una gran parte de la sociedad paraguaya que, con evidente racismo e intolerancias, desprecia la enriquecida diversidad multiétnica del Paraguay.

La comunidad de Cuyabia ha sufrido varios atropellos por parte de grandes empresas agropecuarias, una de ellas el 28 de julio de 2015, por parte de una empresa ganadera alemana denominada A. Brandesnstein Agro Forest Investiment (BAFI) SA; identificada como una empresa importadora de maquinaria pesada Caterpillar (CAT).

Esta empresa se encontraba deforestando los bosques y recursos donde habita la comunidad de Cuyabia con maquinaria pesada, y la comunidad a efectos de defender su tierra, la vida e integridad física de los integrantes de la comunidad así como los derechos de grupos Ayoreo que viven en aislamiento voluntario que circulan por el territorio, tomaron la topadora y fue la trasladaron al asiento de la comunidad por los integrantes de la misma para asegurar que la maquina deje de destruir sus tierras, y solicitaron la presencia del agente fiscal para que secuestre la topadora como evidencia de hechos punibles relacionados con la vulneración de la vida, la supervivencia, el medio ambiente y la integridad física de los miembros de la comunidad.

Representantes de la comunidad presentaron una denuncia contra la empresa por hechos punibles que vulneran derechos socio ambientales y los representantes de la empresa en cuestión presentaron una denuncia contra el líder de la comunidad por hechos punibles contra la propiedad, esto a manera de lograr una impunidad por el ataque a la comunidad, así como para buscar la criminalización, a través del sistema penal, de la defensa de los derechos humanos.

Si bien se hizo sentir la presencia del Estado, la misma constituyó en un claro ejemplo de violencia y amedrentamiento en contra de la comunidad, teniendo en cuenta que ante la retención de la topadora por parte de la comunidad se hicieron presente en la comunidad de manera ilegal e inconstitucionalmente militares y policías bajo las órdenes de los ganaderos propietarios de la topadora, cabe resaltar que en ninguna de las dos ocasiones en las que los militares y policías hicieron presencia en la comunidad llevaron una autorización estatal. Lo que hace pensar que fueron sobornados por los dueños de las empresas ganaderas a fin de amedrentar a los comunarios de Cuyavia.

Ambas presencias en el asiento de la comunidad constituyen un claro violenta miento, ilegal e inconstitucional amedrentamiento a la comunidad por parte de la policía y militares quienes actuaron al servicio de los ganaderos, transgrediendo abiertamente los reglamentos internos de sus instituciones y cometiendo hechos punibles del Código Penal Paraguayo: Persecución de Inocentes (art. 310) y Usurpación de Funciones Públicas (art. 241), entre otros, como por ejemplo la omisión de los policías de comunicar el hecho punible de deforestación realizado con la topadora.

Los Cuyavia frente a la vulneración de sus derechos buscaron ayuda de varios actores, entre ellos de organizaciones como TIERRAVIVA, Amotocodie y otras entidades que les prestaron asistencia técnica jurídica y patrocinaron su defensa antes cortes nacional e internacionales.

La experiencia muestra el camino judicial como una forma de restitución de derechos de acceso a la tierra de comunidades indígenas cuando no hay escenarios de diálogo. Este camino es largo y dificultoso y en varias oportunidades ha demostrado arbitrariedad y vulneración de derechos humanos de los defensores y defensoras y parcialidad con los intereses de ganaderos y agroindustriales en desmedro de los derechos de los más vulnerables, pero sin duda es un mecanismo que permitió consolidar el derecho propietario a favor de comunidades indígenas como condición previa a la generación de acuerdos para la gestión territorial.

El camino judicial es una forma de resolución de los conflictos por tierra y territorio, mismo que permite afianzar el derecho propietario de las comunidades indígenas y con ello mejora su posición en procesos de negociación para arribar acuerdos territoriales en condiciones más equilibradas para la gestión del territorio a nivel local.

Aplicación de instrumentos

El instrumento utilizado para la restitución de las tierras a la comunidad indígena fueron instrumentos legales a través de la asistencia técnica jurídica.

Logros y lecciones aprendidas

Las movilizaciones y resistencia de líderes y autoridades indígenas, defensoras y defensores de los derechos humanos han logrado la reivindicación de sus derechos frente a las arbitrariedades del Estado Paraguayo, entre los más destacables se tienen:

  • Respeto y protección de los derechos a la tierra de hombres y mujeres indígenas.
  • Restitución de derecho a la tierra y territorio a través de demandas y procesos legales a nivel nacional e internacional.
  • Prevención y mitigación del acaparamiento de tierras.
  • Mejora de la atención del Estado en el acceso a educación y salud de pueblos indígenas.

Entre las lecciones aprendidas de la experiencia se tienen:

  • Es importante trabajar en el fortalecimiento de la organizacional comunal, como base para luego planificar el uso de instrumentos legales de defensa y restitución de acceso a la tierra.
  • Es necesario el reconocimiento al rol de los dirigentes de la comunidad, ya que su participación, perseverancia y constancia permitirá el diseño de una estrategia jurídica de defensa y su implementación.
  • La perseverancia y continuidad de la comunidad indígena es clave para la aplicación de los instrumentos jurídicos.
  • La vía judicial es una forma de resolución costosa para las comunidades indígenas y es una las razones para no acudir a ella, por ello se requiere el apoyo y patrocinio de entidades especializadas y apoyo de financiamiento.

Referencias

TIERRAVIVA, 2015. Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en el Chaco Paraguayo, Relatos de lucha por la tierra.

Iniciativa Amotocodie, Deforestación en Cuyabia: Testimonio de Unine Cutamorajna, líder de la comunidad. Dispobible en: https://www.iniciativa-amotocodie.org/2015/05/22/nuevo-desmonte-en-cuyabia-testimonio-de-unine-cutamorajna-lider-de-la-comunidad/

Iniciativa Amotocodie, Sentencia histórica a favor de comunidad indígena. Disponible en: https://www.iniciativa-amotocodie.org/2015/04/18/sentencia-historica-a-favor-de-comunidad-indigena/